Estamos llegando al final de la «Semana de Acción Mundial por la educación» que culminará este sábado en Melilla a las 12 horas en la Plaza Multifuncional de San Lorenzo con el Acto Central, no podemos faltar!!
https://www.facebook.com/events/1581397208783678/
La red EAPN-Melilla consideró idóneo organizar una Jornada en esta semana, dirigida al voluntariado de las entidades sociales de Melilla y al resto de la sociedad melillense, para hablar de desigualdades sociales, exclusión social educativa y participación. Se trataba de formar a los asistentes sobre las causas y consecuencias que tienen la pobreza y la exclusión social sobre los procesos de aprendizaje de los más jóvenes, así como de poner sobre la mesa distintas alternativas exitosas que ya se llevan acabo desde distintas esferas o entidades. Además de tomar en consideración las principales demandas y obstáculos que hemos de superar, entre todas.
El espíritu de este encuentro ha estado inspirado, de principio a fin, en el poder que tienen el aprendizaje y el conocimiento compartido, colaborativo, construido entre muchas mentes. Según un antiguo proverbio africano:
«La verdad no está en una sola cabeza, sino en varias»
Además, no sólo basta con las buenas intenciones, o parecer que se tienen… Debemos esforzarnos por revertir las injusticias sociales, siendo parte del cambio y de la solución, y no del problema; comprometiéndonos, participando, encontrándonos y mirándonos a las caras y, sobre todo, poniéndonos en el lugar de otros, porque al final saldremos todas ganado.
La Jornada comenzó a las 17:30 en la sala de conferencias del Club Marítimo, que amablemente nos cedió sus instalaciones de manera gratuita. Aunque con ausencias destacadas de representantes de entidades sociales, de partidos políticos, de la Administración Local y Central, así como de más miembros de la comunidad educativa… La Jornada fue un magnífico encuentro para el debate entre la ciudadanía que sí optó por acudir, y en algún momento determinado el público asistente llegó a la veintena.
José Luis López Belmonte (Miembro del Consejo Escolar de Estado y del Sindicato SATE-STEs) fue el encargado de abrir la Jornada contextualizando la situación de las desigualdades sociales en el ámbito educativo melillense. A través de las principales cifras y de su evolución en los últimos años hizo un brillante análisis para entrar en materia y «situar» a los asistentes con datos objetivos y oficiales. En Melilla la mayoría del alumnado de origen bereber no acaba la ESO, además se ha incrementado el alumnado en los últimos años en un 23,9%, mientras que en el resto de España sólo un 15,8%. Por ello el Consejo Escolar del Estado, recomienda al MEC que disponga de centros para bajar la ratio en nuestra Ciudad, además de que se dispone en la actualidad de un 30% menos de oferta educativa. Melilla y Ceuta son las únicas comunidades donde se carece de Consejo Escolar señaló. Pero, probablemente, el dato más escalofriante que ofreció tiene que ver con la polarización y el riesgo de fragmentación social, ya que en Ceuta y Melilla existe la mayor brecha socioeconómica y cultural de las familias entre los centros públicos y concertados, con un índice del 0,98, que además es el mayor de toda la Unión Europea. La escolarización de alumnos extranjeros en nuestra Ciudad está repartida de forma desigual, llegando a un 98,1% en los centros públicos y tan sólo un 1,9% en los concertados.Una distribución igual de desigual si nos fijamos entre los propios centros públicos. Algunos piensan que los concertados deben decidir si quieren ser privados o acatar las obligaciones de la financiación pública en un Estado democrático…
«Debemos exigir una enseñanza de calidad para todos» concluyó José Luis. Y es que no podemos permitir que la segregación por centros y por barrios divida nuestra ciudad, y se siga erosionando ese valor con el que, parece, todos estamos de acuerdo «sobre el papel»: la igualdad de oportunidades. Una escuela pública de calidad es fundamental en este sentido, como agente esencial para la reducción de desequilibrios estructurales de un sistema socio-económico imperfecto.
La segunda charla corrió a cargo de Elvira Molina Fernández, Maestra del CEIP León Solá, y Doctora e Investigadora de la UGR, que ostenta el Primer Premio Nacional de Acción Magistral y Sello europeo, por su programa ALEHOP de inmersión lingüística. Habló de la participación de las familias en el Centro y expuso algunas conclusiones a las que ha llegado en investigaciones llevadas a cabo en el Centro. Como elementos negativos para la participación de las familias señalaba: el menor prestigio percibido, la etiqueta de «difícil desempeño», y el idioma como barrera. Sin embargo, resaltaba aspectos positivos de cómo perciben las familias el centro educativo: piden ayuda, lo valoran y tienen altas expectativas. Además, incidió también en algunas tendencias de parte del profesorado, y en la percepción que el Centro/profesorado tiene sobre las familias del alumnado: «no valoran la escuela», o el «discurso del TODO como único éxito…» en lugar de ir paso a paso y de valorar los progresos por pequeños que sean, así como asumir la complejidad del problema.
A raíz de su intervención comenzamos a cuestionarnos la importancia del lenguaje en varios sentidos.
En primer lugar, en lo referente a los efectos perjudiciales de las connotaciones negativas que algunas denominaciones ejercen en los procesos educacionales y en nuestras relaciones de convivencia diarias. Algunas están ya tan asumidas y «naturalizadas» que realmente no somos conscientes de lo inadecuadas que son y de los efectos contraproducentes que tienen en todas nosotras. Como puede ser la palabra «morube» utilizada incluso por miembros del profesorado. Otro ejemplo, «Centros educativos de difícil desempeño» como así son catalogados algunos de los que tenemos en Melilla. ¿De difícil desempeño para quién? ¿Alumnado? ¿Profesorado? ¿Familias?, no nos queda claro…En Andalucía, por ejemplo, este tipo de Centros se denominan «de atención educativa preferente». Puede parecer un un detalle sin importancia para algunas, sin embargo, pensamos que el planteamiento conceptual lleva consigo también una predisposición diferente, como que tiene arreglo y vamos a trabajar para conseguirlo, en lugar de: «esto es una causa perdida sálvese quien pueda». Además, se fomenta la extensión de generalizaciones y estereotipos que llevan al prejuicio, que a su vez llevan a la discriminación. Y el efecto es generalizado, es decir, que ejerce su influencia tanto en alumnado, como profesorado, familias y sociedad en general, y es que todos formamos parte de esto. La utilización del lenguaje determina en gran medida nuestro pensamiento, si no que se lo pregunten a los «grandes editores» de los medios de comunicación de masas que lo utilizan en gran medida para la obtención de «audiencia», en términos de beneficio económico puro y duro. Pero ¡¡no!! Reivindicamos el papel fundamental del Estado en la reducción de las desigualdades sociales, y la construcción del lenguaje de éste debe estar basado en el bien común, y estar enraizado en los valores de la cohesión social y de la justicia social.
Por otro lado, Elvira resaltaba la importancia y la riqueza cultural que supone el aprendizaje y utilización de diferentes lenguas procedentes de tradiciones culturales diversas. Y lamentaba la negación y estigmatización de la lengua Tamazight , que es lengua materna de una muy importante parte de la población de Melilla. Las familias «naturalizan» el idioma como una barrera, en lugar de como una riqueza, y de esto somos todos responsables…Hemos de superar complejos del pasado y mirar hacia adelante.
En cuanto al papel del voluntariado y del Terecer Sector nuestra compañera Elvira habló de los retos de prestigiar las acciones y proyectos que estos agentes llevan a cabo, conseguir comunicar la importancia que tienen y sus efectos positivos. Además, concluyó que tenemos que conseguir hacer que la necesidad de una mayor participación se convierta en una demanda para conseguir reducir desigualdades estructurales. Elvira «inundó» la sala de energía positiva y de un compromiso contagioso que no pasó desapercibido.
La tercera intervención de la tarde enlazaba con la charla anterior en el sentido de poner en valor la importancia y consideración de la participación de las familias en el proceso educativo. Sobre todo teniendo en cuenta las carencias en los niveles de formación y los índices de pobreza y exclusión social en determinados barrios de la ciudad. Llunaida Mohamed, dinamizadora de Escuela de Madres, que lleva a cabo desde hace años MPDL, en los CEIP Mediterráneo y León Solá, explicó cómo hacen de puente entre el colegio y las familias, para el acompañamiento del proceso educativo desde una visión integradora del mismo. Sin embargo, también se pusieron de relieve ciertas dificultades como que hay madres que están más preocupadas por conseguir un plato de comida para sus hijos antes que de su educación, asegurando que hay numerosos niños que acuden al colegio sin desayunar. No obstante, aseguró que tenemos que dejar a un lado la tendencia de «victimizar» a estas personas e invertir nuestros esfuerzos en tratar de contribuir al proceso de «empoderamiento» sobre todo de las mujeres de estos barrios, ya que su participación social y toma de conciencia de la importancia de su protagonismo juega un papel fundamental en la mejora de las carencias educativas de sus hijas e hijos. Destacó así mismo las carencias en recursos materiales y humanos para un mayor éxito de este proyecto que consideramos esencial en estos contextos. Se exige, en definitiva una mejor comunicación, colaboración y compromiso de las administraciones con los proyectos que lleva a cabo el Tercer Sector en el ámbito educativo local.
Finalmente, y con bastante retraso debido al intenso e interesante debate generado, se dio paso a la última charla protagonizada por Francesco Bondanini, responsable del proyecto Kahinarte. Un proyecto que utiliza el arte como elemento de transformación social en entornos afectados por la vulnerabilidad social, que trata fundamentalmente con colectivos de mujeres y de infancia. La educación de calle y el fomento de la participación social son elementos básicos que sustentan este innovador enfoque que trata de reducir desequilibrios acercando el centro a la periferia, en un sentido amplio de entendimiento intercultural. Kahina traslada el aula a la calle, para hacerla más cercana. Y en la actualidad tiene un estudio de radio en el IES Rusadir que dirigen los propios chavales del centro, único en Melilla.
Además ahora también están trabajando en el proyecto «Amo mi barrio», en el que intentan concienciar sobre el respeto por el medio ambiente y corregir malos hábitos, evitando ensuciar el barrio, embelleciendo el entorno a través pinturas y dibujos con mensajes y valores positivos, implicando y fomentando el protagonismo de las niñas y niñas de los barrios. Desde esta visión y en un proceso de abajo-arriba que desmitifica el proceso tradicional de enseñanza-aprendizaje, se pone sobre la mesa la posibilidad de que la solución a sus problemas y carencias deben y pueden partir de ellos mismos y quizás dejar de estar tan encorsetados y dirigidos. El aula también en la calle, tratando de contagiar con el trabajo constante, el compromiso y la esperanza al resto de la sociedad que ha de ser co-participe en la educación de nuestras niñas y niños. En definitiva, un excelente tratamiento artístico de la comunicación y la educación por parte de Francesco y su proyecto Kahinarte.
Agradecemos a todas las personas que asistieron, compartieron y participaron en este enriquecedor encuentro. ¡Mil gracias! ¡¡Seguimos!!