Artículo publicado en La Voz de Galicia por Xose Cuns Traba (Director de EAPN-Galicia) en relación con el último informe de Oxfam Intermon sobre el fraude fiscal y la desigualdad en España.

Déjenme empezar con dos noticias resultado de decisiones políticas erroneas. Ayer elInstituto Nacional de Estadística nos confirmaba (dejo para otro día analizar la ¿chapuza? de sus cambios de metodología) que  la inmensa mayoría somos un poco más pobres, pero que un  27,2% de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social (AROPE) . La semana pasada teníamos nuevas pruebas del obsceno desmantelamiento de la  dependencia, ya en niveles inferiores a diciembre de 2011. Una auténtica ley de la eutanasia aprobada de facto por la puerta de atrás. Ricos más ricos, pobres más pobres, recortes presupuestarios, gobiernos que cuelgan el cartel de ‘no hay dinero’ y cada vez mayor desigualdad económica. ¿Inevitable? En absoluto. La desigualdad extrema y la corrupción son evitables. Es una cuestión de prioridades y de voluntad política. Porque Hacienda NO somos todos, Oxfam Intermon acaba de presentar su informe Tanto tienes, ¿Tanto pagas?: Fiscalidad justa para una sociedad más equitativa.   Con su rigor habitual y como ya demostraron en enero cuando presentaron “Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica” ahora nos piden nuestra firma para reclamar con contundencia algo que debería ser evidente: una reforma fiscal más justa y equitativa como herramienta para garantizar derechos sociales como la sanidad, la educación pública, los servicios sociales o la cooperación para el desarrollo.

Nuestro sistema fiscal no es justo ni equitativo

Tal como está funcionando, desde luego que no. Desde el inicio de la crisis económica, la respuesta del Gobierno se ha centrado en el recorte de las políticas públicas (salud, educación, cooperación…) y la subida de impuestos como el IVA, lo que supone una mayor presión para los bolsillos de las clases medias y bajas. Soy un pringado y perdónenme, pero creo que la mayoría de ustedes también. En España se recauda de tal manera que las familias aportan casi 50 veces más a las arcas públicas que las grandes empresas. El 90,76% de las contribuciones (en 2012) proviene de las personas físicas de clase media y baja, vía cotizaciones a la seguridad social, IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) por las rentas del trabajo, IVA e impuestos especiales (sobre la gasolina, el tabaco, el alcohol),116 impuestos que han subido desde 2008. Tan sólo el 9,24% de la recaudación total del Estado en 2012 provino de las empresas. Y aquí también hay clases: las pequeñas y medianas empresas, las que crean la mayoría del empleo, tributan una media del 17% de su resultado contable, mientras que las grandes empresas españolas lo hacen al 3,5%. Y si son una multinacional extranjera y disponen de una ETVE (Empresa de Tenencia de Valores Extranjeros) pagarán un fastuoso 0% como en cualquier otro paraiso fiscal.

Hacienda no somos todos. Un fraude fiscal desbocado

El 87% de los españoles creemos que los impuestos no se cobran con justicia. Y tenemos razón. Sólo en 2009 (y desde entonces la situación ha empeorado), Hacienda dejó de recaudar un mínimo de 59.515 millones de euros (excluído el fraude a la Seguridad Social). El 72% de este fraude está perpetrado por grandes empresas y grandes fortunas, 17% por PYMES, 8,6% autónomos y el 2,6% (1546 millones de euros) por particulares como usted o como yo. Un fraude fiscal consentido y mimado políticamente. En 2014 la Agencia Tributaria posee el mismo número de empleados públicos que cuando fue creada en 1992. Somos el país de la Unión Europea que menos se esfuerza en esta tarea, ya que dispone de un trabajador de Hacienda por cada 1.958 habitantes, frente a los 942 de Francia o los 740 de Alemania. Cada euro no pagado por los defraudadores además de un delito y un atentado contra el principio de equidad es un insulto a los contribuyentes honestos que deben pagar más impuestos y para todos en forma de menos o peores servicios. ¿Cómo se le queda el cuerpo sabiendo que está pagando de media 1910 euros de más al añopor este motivo?

Recomendaciones para un sistema fiscal justo

A partir de una recomendable investigación sobre errores y aprendizajes en diversas reformas fiscales en América Latina y con toda la experiencia de trabajar en cooperación al desarrollo desde hace más de 50 años junto a organizaciones y personas viviendo en situaciones extremas de violencia, pobreza y exclusión. Se proponen toda una serie de propuestas (por cierto, las contrarias a las que acaba de proponer el Fondo Monetario Internacional) que se van a exigir para recaudar con justicia y que la política fiscal realmente sirva para luchar contra la desigualdad de ingresos y oportunidades. Partiendo de tres requisitos:

  • Aumentar la capacidad recaudatoria para blindar las políticas sociales sin que el esfuerzo recaiga injustamento sobre los que menos tienen.
  • Garantizar la progresividad y la equidad en la reforma fiscal. Que empresas e individuos tributen en función de su capacidad y de su actividad económica real.
  • Tolerancia cero contra el fraude fiscal: acabar con la evasión y elusión fiscal. Dentro del Estado español y en el ámbito internacional.

Un resumen de las propuestas del Informe, las tenemos en este Decálogo para una reforma fiscal justa y equitativa 1. La política fiscal debe combatir la desigualdad al margen de intereses partidistas, contribuyendo a una sociedad más justa y equitativa. 2. Hay que recaudar lo suficiente para financiar un modelo social que garantice servicios públicos de calidad e igualdad de oportunidades. 3. Se debe aplicar “tolerancia cero” al fraude fiscal, incluyendo medidas que pongan freno a la impunidad de los evasores. 4. Los privilegios y la opacidad de los paraísos fiscales deben desaparecer. 5. Recaudar más no puede suponer aumentar el esfuerzo fiscal de las clases medias y los más pobres. Quien más tiene, ha de contribuir más. 6. Todos, empresas e individuos, deben tributar en función de su capacidad y de su actividad económica real, sin privilegios, ni excepciones. 7. Las grandes fortunas y las rentas del capital tienen que contribuir en mayor medida, para reducir la presión sobre los salarios y el consumo. 8. El sistema tributario tiene que ser progresivo y equitativo en su conjunto sin medidas que favorezcan los intereses de unos pocos. 9. Los beneficios fiscales deben ser excepcionales y solo deben aplicarse, si permiten crear valor real y duradero (como la creación de nuevos empleos de calidad). 10. Una buena política tributaria requiere un debate público abierto, transparente y con participación ciudadana. La reforma fiscal prevista por el gobierno es una oportunidad para dejar de ser el segundo país más desigual de Europa y de recuperar políticas y derechos sociales como las rentas de inserción, la sanidad y la educación públicas y la cooperación para el desarrollo.  Una oportunidad para gobernar en beneficio de una minoría y no en el de unos pocos, a la vista de lo que hemos votado (o no) millones de españoles hace unos días, en vez de enfadarse con el informe (que lo harán y mucho), quizá deberían leerlo y gobernar para todos y todas.

¿Ya han firmado?

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